Ya no hace falta una base bicapa y además ahora el proceso solamente necesita cuatro capas y media de acabado efecto aluminio en vez de seis.
La huella de carbono que supone revestir el coche ha sido reducida al menos un 80% y las emisiones peligrosas han sido minimizadas (arco de infrarrojos).
Después se aplican capas ultrafinas de pintura de efecto aluminio. La curación del capó de un vehículo normal tarda 40 minutos a 60 ºC, mientras que el arco de infrarrojos hace lo mismo en 7.
La pintura es pulida a mano una vez seca hasta darle un efecto espejo. Luego se aplica un barniz y los logotipos de los patrocinadores. El acabado resultante es parecido al mercurio líquido.